Raspberry Pi es un computador de bajo coste que llegó con la idea de revolucionar el sector educativo y que, en muy poco tiempo, se ha convertido, junto a Arduino, en un exponente del hardware libre y en la base de un buen número de proyectos. Este ordenador de algo menos de 30 dólares se ha convertido en un artículo muy demandado por los aficionados al que, la verdad, se le puede sacar mucho partido.
Raspberry Pi es un proyecto de hardware libre que se ha hecho extremadamente popular entre los aficionados al mundo de la computación y la electrónica aunque su objetivo principal es equipar las escuelas de todo el mundo con ordenadores que cuestan menos de 30 dólares y que permiten, por tanto, democratizar el acceso a la tecnología y a la enseñanza de materias técnicas. Gracias Raspberry Pi, y la fundación que está detrás del proyecto, sería posible desplegar un aula de informática en centros educativos de todo el mundo sin que el presupuesto sea una barrera de entrada y, por ejemplo, en Camerún se ha desplegado un aula en una zona rural que permitirá que los escolares de la zona tomen su primer contacto con la tecnología.
Además de lo bello que es el proyecto en sí mismo y los objetivos que tiene, Raspberry Pi se ha convertido en la base sobre la que muchos aficionados desarrollan sus proyectos personales, profundizan en sus conocimientos sobre computación y se divierten construyendo aplicaciones sobre estas pequeñas placas que cada vez podemos encontrar en más distribuidores (inclusive a través de vendedores que operan a través de Amazon). Raspberry Pi es un gadget casi de culto y un buen regalo geek con el que sorprender a alguien pero, tras la novedad del unboxing, ¿qué usos podemos darle a nuestra Raspberry Pi?
Montar un NAS eficiente
Somos muchos los que tenemos más de un ordenador en casa y, ante la ausencia de un NAS con el que compartir ficheros en red, andamos compartiendo carpetas en nuestros equipos. Si bien esta solución es plenamente funcional y evita que tengamos la información repetida en nuestros ordenadores, no es extremadamente eficiente porque implica que tengamos que tener encendidos los ordenadores para acceder a la información y, por tanto, implica gasto en consumo eléctrico.
Raspberry Pi, además de ser un ordenador de bajo coste, tiene un consumo eléctrico muy muy bajo y, por tanto, puede ser la base sobre la que construir un NAS de bajo consumo y eficiente desde el punto de vista del consumo energético. ¿Y qué tenemos que hacer? Como nos podemos imaginar, para construir nuestro NAS necesitaremos una placa de Raspberry Pi, su fuente de alimentación, un disco duro USB para conectarlo a la placa y la tarjeta SD con el sistema operativo (fundamental para arrancar el sistema).
Una vez arrancado el sistema podemos seguir alguna de las recetas que circulan por la red para instalar el paquete de Samba en el sistema y configurar las carpetas a compartir en la red de nuestra casa.
Otro de los casos de uso de Raspberry Pi que podemos tener en cuenta es montar nuestro propio Dropbox, es decir, nuestro propio sistema de almacenamiento y acceder a él desde cualquier lugar, aunque estemos fuera de la red de nuestra casa. ¿Y cómo podremos hacerlo? Recurriendo a Barracuda Drive que está disponible en la tienda de aplicaciones de Raspberry Pi.
Ampliar nuestros conocimientos sobre redes y comunicaciones
Raspberry Pi, a pesar de ser un pequeño ordenador, dispone de un interfaz de red Ethernet 10/100; una tarjeta de red que podemos aprovechar para realizar nuestros propios experimentos y profundizar nuestros conocimientos de gestión de redes en plataformas GNU/Linux. ¿Y qué usos podemos darle a Raspberry Pi en este sentido?
Con NeoRouter, por ejemplo, podríamos montar sobre Raspberry Pi nuestro propio servidor de VPN y acceder a nuestros equipos en remoto desde cualquier lugar y de forma segura. Otra posibilidad es montar sobre Raspberry Pi un servidor de USB que nos permita compartir en red cualquier dispositivo que conectemos a los puertos USB de este computador y acceder a estos desde un equipo Windows conectado a la misma red y, por ejemplo, compartir impresoras o webcams.
También podemos usar Raspberry Pi como cliente de torrents que, además, podríamos gestionar cómodamente desde el sofá de nuestra casa a través de nuestro dispositivo móvil o, incluso, montar nuestra propia centralita IP gracias a Asterisk.
Montar un media center
Gracias a su salida HDMI podemos conectar nuestra Raspberry Pi a la televisión de nuestra casa y convertirla en un media center de bajo coste que es capaz de reproducir películas en HD (aunque a 1080p hay veces que le cuesta un poco responder adecuadamente). En la red podemos encontrar muchas opciones para transformar este pequeño computador en un media center aunque una de las formas más comunes es recurrir a XBMC directamente o a través de distribuciones Linux preparadas para Raspberry Pi que ya lo integran (como RaspBMC o bien OpenElec).
En mi opinión, es uno de los usos de Raspberry Pi más prácticos que podemos encontrar porque el partido que podemos sacarle a este computador con este uso es bastante importante.
Jugar al Minecraft y otros juegos
Además de desplegar un media center o una centralita de VoIP, en la tienda de aplicaciones de Raspberry Pi podemos encontrar un buen número de juegos con los que pasar el rato y alternar el aprendizaje con un poco de ocio. Entre todos los juegos que se han desarrollado para Raspberry Pi, quizás uno de los más importantes y con mayor impacto es Minecraft: Pi Edition, la versión para Raspberry Pi del popular Minecraft (con el que podremos pasarnos buenos ratos).
Montar un supercomputador
No hay que olvidar que el origen de Raspberry Pi es la educación y, por tanto, es un proyecto que está orientado a la enseñanza de ciencias de la computación en aquellos lugares en los que la adquisición de tecnología puede suponer una importante barrera de entrada a este tipo de disciplinas. La educación superior también puede ser un buen ámbito de uso de Raspberry Pi y un buen ejemplo de ello es Iridis-Pi, un proyecto llevado a cabo por la Universidad de Southampton para introducir a sus alumnos en el mundo de la computación distribuida y la supercomputación.
¿Y qué es Iridis-Pi? Iridis-Pi es un “pequeño supercomputador” formado por 64 nodos (cada nodo es una placa Raspberry Pi) y con un coste de 4.000 dólares que permite a los responsables del proyecto usar una maqueta con el que trabajar en ejercicios de computación distribuida sin necesidad de realizar grandes inversiones en servidores.
Por cierto, el proyecto Iridis-Pi es abierto y podemos descargar las instrucciones para poder construirnos nuestra propia versión.
Revivir máquinas arcade
He de reconocer que una de mis pasiones son las máquinas recreativas clásicas, es decir, las máquinas arcade que eran tan populares en los años 80 y principios de los 90. Gracias a Raspberry Pi podemos sacar esta vena vintage que llevamos dentro y revivir algunos de los clásicos de las recreativas cuyas ROMs circulan por la red. Cadillacs and Dinosaurs, The Punisher, Captain Commando o Final Fight son algunos de los más de 5.000 juegos a los que podremos jugar gracias al emulador MAME4ALL disponible para Raspberry Pi.
Y si, además, se nos da bien el bricolaje o queremos hacer un regalo muy especial, podríamos construir nuestra propia máquina recreativa a tamaño natural y ponerla en el salón de nuestra casa que, seguramente, se convertirá en el más geek del vecindario.
De todas formas, si el espacio físico es un problema podemos construirnos una versión mini que podría convertirse en un buen regalo que hacer a nuestros amigos.
Emuladores de MS-DOS, Atari 800 y consolas clásicas
Además de revivir los videojuegos de las máquinas arcade, podemos encontrar un buen número de emuladores de sistemas clásicos como Atari800 que es capaz de emular computadoras clásicas como la Atari 800, Atari 800XL, Atari 130XE y Atari 5200 y transportarnos a los primeros años de la década de los 80.
rpix86 es un curioso emulador de MS-DOS que es capaz de hacer funcionar aplicaciones diseñadas para arquitecturas x86 (recordemos que Raspberry Pi es un sistema sobre ARM) y que emula una computadora con procesador Intel a 20 MHz, 16 MB de memoria RAM, gráficos de 640×480 a 256 colores y una tarjeta de sonido SoundBlaster 2.0 para que podamos ejecutar alguno de nuestros juegos de ordenador de antaño y volver a disfrutar de clásicos como Maniac Mansion o el X-Wing de la ya extinta LucasArts.